viernes, 5 de julio de 2013

Cuando Las Pantaletas Se Sequen - Vestigio XII: Trepadora

Capítulos Anteriores 
I. Fotogramas
II. Naturaleza Muerta
III. Canto de Sirenas
IV. La Rosa Deshojada
V. ¿Más Allá? ¡No, Aquí y Ahora!
VI. Hermosa, Pero Con Espinas
VII. Sacrilegio
VIII. Pasado, Presente y... ¿Futuro?
IX. Solo Vienes, ¡Solo te vas!
X. Un Martini para el Infierno
XI. Perfección

Ahondaremos en el pasado de Ivana: ¿Cómo llegó a tener tanto dinero? Contrario a lo que parece, no siempre fue una señora respetable como lo es hoy en día. Un descubrimiento puede cambiar el rumbo de toda la novela.


Ivana estaba feliz. Al fin, tantos años de dolor quedarían atrás para siempre. La  vida le daba una nueva oportunidad de ser feliz, al lado del hombre que amaba. Y pensar que hace tan sólo unos meses se moría por ese cuerpo e Yuca de Eduardo. En unos días sería la feliz boda. Es un hombre de buenos sentimientos, con ganas de superarse cada día más, filántropo, y… ¡Al diablo! El viejo tiene plata, y billete mata galán.

El gran día llegó. La Iglesia estaba ornamentada hermosamente. Y mira que no escogieron cualquier iglesia, escogieron el Templo de la Divina Pastora, en Barquisimeto, para celebrar la unión de ambos. La exótica arquitectura de la Catedral era opacada por el vestido que cargaba Ivana ese día, digno de Lady GaGa. Se vistió con una creación del para entonces vivo Alexander McQueen (sí, real parejo tenía el viejo) que mezclaba 4 texturas distintas, y cuya cola tenía que ser levantada por 15 doncellas, y aún así un pedacito del vestido era pisado por los carros que pasaban por la calle del frente, con unos zapatos que parecían sacados de Bad Romance. El peinado, era un afro más vaporoso que el ego de Paulina Rubio.

Apenas la novia puso un pie en la Catedral, todos los presentes hicieron silencio ante la manifestación que se había dado lugar dentro del templo. La Pastora, desde su altar, manchaba sus inmaculadas vestimentas con lágrimas de sangre. Ivana sabía por qué estaba indignada la imagen, su vida no había sido precisamente un sendero de santidad. Ella conocía muy bien su pasado, así como de todas las cochinadas que hizo (y de las cuales no se arrepentía, aún a unos minutos de entrar a la iglesia se quedó buceándose desde el carro matrimonial a un catire que iba cruzando la calle, que había resultado ser Gabriel Coronel, actor nativo de la localidad, participante de Somos Tú y Yo y protagonista de la novela Relaciones Prohibidas, y le iba a ofrecer sus servicios de a gratis, pero no podía porque si metía la pata, jamás se lo perdonaría).

Por un instante, sintió vergüenza de haberse entregado tantos años a la lascivia, y su corazón casi era tocado por el arrepentimiento. Pero como era costumbre en ella, rápidamente se le pasó la culpabilidad, y soltó una risita recordando lo mucho que había gozado con lo vagabunda que fue.

-Señora, ¿a qué se debe su risita, no ve que la Virgen está llorando?

Se dio cuenta de la gran puesta de torta que había cometido. Pero, como todas las víboras, Ivana era astuta, y siempre tenía un as bajo la manga (bueno, de hecho, siempre carga un baby doll bajo la blusa, pero ustedes entendieron). Repuso la conversación al instante:

-Ay padre, no fue una risa, fue un gimoteo. Disculpe, es que estoy demasiado conmovida, la virgen misma llora de emoción al ver que una devota Suya como yo va a entregarse en el Altar…

-¿La Virgen lora lágrimas de sangre por alegría?

-Imagínese, señor, así estará pujando para llorar que el agua de las lágrimas se le agotó. Es que la alegría en el cielo es grande cuando una mujer de Dios halla la felicidad en esta vida…

-A mí me está pareciendo lo contrario, señorita Solano…

En ese momento, Ivana saca un fajo de billetes de Bolívar, y murmura sin que vea el novio ni el resto de los presentes en la Catedral, demasiado impresionados ante el prodigio que la efigie canonizada estaba realizando como para prestarle atención a una conversación que seguramente era de lo más cotidiana (no tenían idea de lo que se estaban perdiendo):

-La virgen está tan feliz, que hoy se puso bonachona y quiere regalar bendiciones a todos los hijos de Dios, y me está usando a mí para que le dé estas 50 tablas por decirle a su pueblo lo feliz que está por mi presencia…

Sin pensarlo 2 veces, el hombre se mete los billetes bajo la sotana, y da inicio a la boda:

-La Virgen manifiesta su regocijo en el Señor, a través de estas lágrimas que derrama su imagen. Hoy una Hija de Dios, Ivana Solano, decide contraer matrimonio con el Hijo de Dios, Marcel Garnier… ¿Acepta a Marcel Garnier como su consorte, honorable señorita?

-¿Señorita? ¿Quién? ¡Ah sí, es conmigo jeje! ¿No entendí, cómo que consorte? Vine acá por un marido, no por un repuesto para la camioneta de mi hombre…

El cura respira profundo, y pide al cielo paciencia. Repite: ¿Acepta usted a Marcel Garnier como su compañero de vida en la salud y en la enfermedad, en la prosperidad y en la sequía, en la riqueza y en la pobreza…?

-Ah no, mijo, yo le aguanto todo, pero se llega a quedar limpio y me busco… perdón, ¡Sí, sí, acepto!

-¿Y usted, acepta a Ivana Solano como su compañera…? ¿Sí? ¡Los declaro marido y mujer!

Ha pasado un año desde estos sucesos. En la actualidad, Iván Alonso, quien se cansó de la mediocridad de la UPTA y se fue a estudiar química con Stefani en una Universidad más decente, trabajaba como bioanalista del CICPC, que clandestinamente ordenó la autopsia del cadáver de Marcel Garnier, ante la inesperada y sospechosa llegada de Ivana al país, específicamente a gastar escandalosamente la fortuna que su marido le dejó luego de su misteriosa muerte por paro cardíaco, en la compra de una Universidad que aportaría más a la sociedad como casino.

-Stefani, pareciera que a este hombre jamás le hicieron una autopsia.

-¿Qué raro, no? Este informe médico dice que murió de un infarto de miocardio.

-Algo me dice que esa autopsia es más falsa que profesional de la UPTA graduado cum laude. 

-Iván, mi amor, conozco tu manera de hablar. Terminaste. ¿Eso significa que…?


-Sí, en efecto, mi compañera. He hallado restos de cianuro en sus arterias. El cianuro es un veneno que, usado progresivamente, lleva hasta al más bravo a su muerte segura. Este hombre fue asesinado. 

¿Estarán relacionados el deceso de Marcel con el retorno de Ivana a la UPTA?
¿Tendrá que ver Ivana en la muerte de su marido?
¿Por qué carrizo se me ocurrió meter a Gabriel Coronel en esta novela?

En el capítulo que viene, se retomará la historia de Elsy y se resolverá una que otra duda...

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