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Se narra la (frustrada) toma de posesión de rectorado de Ivana. Gaby habla más de la cuenta. Scarleth porta una navaja dentro de su mochila. Jhosno pone en claro que no es ninguna mosquita muerta. La fatalidad parece perseguir a Ivana.
Las mujeres son como las rosas.
Bueno, no como las del mercado de la Mora, si así fueran, estarían podridas de
nacimiento. Los aires de cambio apenas se empezaban a respirar dentro de la
Universidad. La rectora Ivana ya había dado unas cuantas veces de qué hablar:
no acudió a su toma de posesión del rectorado de la UPTA porque estaba presa en
el baño de la fotocopiadora ca… mbiándose la ropa interior después de comer en
la casa de Jorge, donde habían hecho una rumbita unas horas antes y parece que
la liga de batido de cambur con Anís Cartujo no hizo precisamente maravillas en
la nueva autoridad de la Casa de Estudios más tracalera del estado Aragua. Tampoco
era bien visto que una persona de la investidura de la viuda de Garnier compartiera
con unos estudiantes, podía dar lugar a preferencias y favoritismos en el
acceso a los servicios estudiantiles básicos.
El puestico de Porky era un sitio
muy concurrido dentro de Sede Nueva. Quizás por su estratégica ubicación cerca
del Salón de Usos Múltiples, unas escaleras que permiten llegar más rápido al
departamento de Informática, y un baño (que de paso nunca funciona). Pero esta
vez, el chico no atendía. Erika estaba imprimiéndole el proyecto a un chamo de
Trayecto III que decidió arreglar sus trámites de grado a última hora, quizás
porque se quedó viendo Carita de Ángel en vez de ir a la Uni y
responsabilizarse de su vida, pero seamos sinceros: tenemos más ganas de hacer
una cola en el Banco de Venezuela una quincena, que de ir a nuestra deprimente
institución universitaria. La lala que cargaba la chica era épica, todavía
faltaban 100 páginas y de paso, el jefe la había regañado porque se perdió 1
bolívar de los ingresos de ese día. Para tratar de distraerse, aprovechaba la
compañía de Gabriela, que solía acompañarla de vez en cuando, para juntarse y
destruir a media humanidad con la lengua. Pero el tema del día no era el
ridículo peinado que se hizo la chama de Postgrado, o la sarta de espinas de la
merluza del comedor, que parecía que la habían lanzado a freír recién sacada
del Río Calanche. Habían pasado tan sólo unas semanas desde las muertes del
último capítulo, y la Universidad estaba muy sensible. El silencio solo era
interrumpido por el atasco de papel de la impresora. Érika ahogó una mentadita
de madre buscándole conversa a Gaby:
-Chica, qué broma con las muertes
de la señora del comedor y la Polla…
-Ay no, no seas dramática Erika,
vale, me da vaina con la señora del comedor, ¡pero no voy a guardar luto por
una perra que ni me caía bien! ¡Me alegro de que ese animal se fuera a echar
pulgas al infierno!
Solamente la mirada impávida de
Erika respondió el reclamo de Gaby, que se alteró de forma más o menos notable,
y repone:
-Érika, tú no pensarás que yo soy
la asesina de la Universidad, ¿o sí?
Llega Luis, que estaba a punto de
salirle con sus babosadas a las chicas, pero lo percibe y se les queda viendo a
las dos. Era notoria la incomodidad presente en el ambiente. Hasta el Chino se
había dado cuenta de que Gaby no se sentía para nada bien con lo que le
preguntó Erika, así que no vacila para preguntar:
-Gaby, ¿tú matase a la Polla?
-¡Uy, papi, esa carne está lista
pa’ la olla de presión!-Llega Scarleth e interrumpe el tema de conversación, a
lo que Gaby responde positivamente con una carcajada sonora. Luis solo se le
queda viendo a la diva y le dice:
-Cuando tú quieras, sólo pon la
olla y yo te meto la carne cuando tú me lo digas… ¿Trajiste lo de Luciano, para
que me digas como era más o menos?
-Sí vale, espera que lo busco ya
mismo…-Scarleth se detiene a descansar en el pupitre que está instalado en
frente del puestico de Porky y mientras revisa su bolso, se cae un objeto
brillante al suelo. Luis se agacha a recogerlo.
-Scarleth, se te cayo tu…
¿Navaja?-Scarleth reacciona como una trampa de ratones, y le arrebata al chino
la navaja de las manos, para esconderla nuevamente dentro de su mochila. Algo
nerviosa, saca el informe de Proyecto, y se lo pone en las manos al Chino.
-Una siempre debe cargar algo
para defenderse, por si a las moscas… A propósito, no me gustaría que nadie más
supiera de esto, ¿OK?-Y con notable prisa, Scarleth recoge su morral y corre hasta
la ruta interna, que ya esperaba por estudiantes.
-Dale, mami.-A todos les quedó el
saludo en la boca, mientras se quedaban pensando en la actitud de la diva, que
rápidamente olvidaron cuando llegó Porky de una manera tan discreta como llegaron
los tanques soviéticos a Alemania en la II Guerra Mundial y con su carácter
jocoso, hizo que todos olvidasen el tema. Por otro cuadrante de la UPTA,
estaban Jhosno, Fabiana y Francisco, conversando cotidianamente:
-Tengo que cuidar mucho a Lesley,
mucha gente le está echando el ojo. Pero yo me entero de que alguien le cae, y
haré sus últimos momentos de vida de mucho sufrimiento, agonía y dolor, no
exentos de lágrimas y lamentos continuos hasta arrancar el último hálito de
vida de su ser-dijo Jhosno, con la misma frialdad con la que un médico te dice
que tienes una enfermedad terminal.
Francisco piensa para sus
adentros:
-Mejor no le cuento lo de Analy
por Lesley … ¿O ya lo sabrá y por eso está gritando esto? Ay, si Lesley hablara
claro con Jhosno y le dijera lo que siente por…
-¡ANALY!-el ensordecedor grito
proveniente de la parte de la cancha se escuchó hasta en el galpón de la
Universidad. Ivana iba de paseo por la Universidad que ahora era de su
propiedad, y encontró un macabro hallazgo. Estaba muerta. No había que ser
forense para determinar que su muerte fue muy dolorosa, hecha detalle por
detalle: el cadáver tenía cortadas de navaja por todos lados. Pensando en
mujeres como Gaby, Scarleth y Jhosno, se confirma la afirmación: las mujeres
son como las rosas: hermosas, pero con espinas.
¿El asesino de la novela será en realidad una asesina?
¿Qué tan implicados están el Chino y Scarleth en los crímenes de la Universidad?
¿A Jorge no le quedará Anís Cartujo en su casa?
¡Inmediatamente publico el capítulo 7: No te lo pierdas!
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