XIV. Demasiado Inteligente para Vivir
XV. Dei Irae
XVI. Misa Negra
XVII. ¡Eureka!
XVIII. Cuando Las Pantaletas Se Sequen
Se descubre la identidad del segundo asesino. Sólo un bando quedará con vida.
Acorraladas.
Habían caído en la trampa. La casa de Jerly se tornaba mucho más oscura que de
costumbre. Todo había sucedido tan o más rápido que los fotogramas de una
película, aunque Jerly hubiera soportado un poco más de no haberse topado con
la escena más triste de su vida. Su madre yacía en el suelo, con una herida
abierta en el abdomen. La herida no tenía más de hora y media, a juzgar por el
hecho de que no había coagulado mucha sangre. Jerly, sin palabras, se desplomó
sobre el cuerpo y lloró. En ese instante, Elsy e Ivana, movidas por la
compasión (bueno, solamente la profesora era motivada por la piedad, de hecho,
la verdad es que Ivana quería revisar a ver si la mamá de Jerly tenía algo de
comer en los bolsillos), se aproximaron al suelo, donde también estaba la
joven. Entonces, perciben los débiles pero aún no desaparecidos latidos del
corazón de la señora. Entonces, Jerly acerca para sí a sus amigas y las
envuelve con sus brazos, mientras las chicas parecen consolarla. Al cabo de eso,
se aproxima otra persona que de no haber sido porque Ivana se levantó a
soplarse los mocos de la nariz con la falda del vestido (claro está, no lloraba
por la mujer herida, sino porque sus bolsillos no escondían nada de comer)
hubiera pasado casi totalmente desapercibida, y les dice:
-Jerly, no
llores tanto, después de todo, no era tu verdadera madre…
-¡Pero me crió,
desgraciado!-se levantó Jerly, enjugándose los ojos, y observó que la persona
con la que hablaba, tenía la misma indumentaria que Érika, y es cuando decide
retroceder por instinto unos pasos, hasta que tropieza con una butaca. El
asesino se va a dirigir hacia ella con un revólver, cuando Ivana le hace caer
con la aparatosa falda de su vestido y todas empiezan a correr al sonar el
disparo al aire, dispersándose por el inmueble. Ivana dejó tirada su
escandalosa bombacha, y dejó entrever que no se había afeitado las piernas
desde hacía unas 3 semanas. El asesino optó por seguir a Jerly, y la localizó,
sin escapatorias, en la buhardilla de su casa.
-¿Quién
eres?-preguntó Jerly, temblando de miedo.
El desconocido,
a diferencia de Érika, no estaba dispuesto a concederle esa última gracia a
Jerly, sino que levantó su arma de fuego y se iba a disponer a accionarla,
cuando del techo cayó Elsy y le arrebató el arma, mientras, tal como pasó en la
Universidad, eventualmente los lentes tukkis fueron rotos, y Elsy reconoció
nuevamente el rostro que la había perseguido en la Universidad, pero ni
siquiera fingió sorpresa. El sujeto, a pesar de verse descubierto por las
mujeres, rápidamente dominó de nuevo la situación quitándose a Elsy de encima
de un golpe con un improvisado garrote cercano que seguramente rompió el brazo
de la profesora, y ésta del dolor tuvo que quitarse por acto reflejo.
-¿Por qué,
Ramón, por qué?-clamó Jerly.
-¿Chicas, no
recuerdan ustedes a un buen sacerdote al que cruel y despiadadamente le
arrebataron la vida hace unos 6 años ya?-devolvió Ramón una pregunta para
responder a otra.
-De hecho, yo
no-contestó Elsy, haciendo reales esfuerzos para recordar algo que era
imposible, porque personalmente, ella nunca había vivido tal situación.
-¡No era
contigo!-la calló el trastornado chico, girando el revólver hacia ella.
-Sí, ¿A qué
viene al caso?-preguntó Jerly, con algo de nervios.
-¡Yo soy el hijo
del padre Anselmo! –respondió, agitado, Ramón.
-¿Pero cómo, si
era un clérigo?-preguntó Elsy, agregando una más al ambiente que ya estaba
atiborrado de signos de interrogación.
-Yo fui hijo de
una de las mujeres del sacerdote…
-¿Pero cómo?-iba
a interrogar Jerly, y recordó su propio caso, y se imaginó qué clase de mujer
era de la que hablaba Ramón, y prefirió callar.
-Mi madre, con
13 años, aún no estaba preparada, y murió. Fui un huérfano criado por mis
abuelos, que nunca me dijeron quién había sido mi padre. ¿No han escuchado que
la sangre llama? Bueno, ese hombre me atrajo desde que tengo memoria. Me educó
y ayudó a mis abuelos a criarme, sin yo percatarme nunca del por qué hasta que
tuve un uso de razón adecuado, como a los 14 años, y cuando iba a buscar al que
me dio la vida, encontré que ustedes, ¡USTEDES! Lo habían matado. Juré pagarles
algún día con la misma moneda, no sin antes hacer sus últimos días de angustias
y sufrimientos. A ti, Jerly, te tenía en la mira ya, pero como quería hacer las
cosas bien, quise ensayar mi cobro, primero con pájaros, luego con perros, y
finalmente, lo intenté con Analy. Entonces conocí el placer de matar. Fue tan
extasiante verla morir, y ver cómo la vida salía de su cuerpo, que conocí una
sensación que nunca había tenido anteriormente.
Bueno, parece que le agarré gusto a la cuestión, y me distraje un buen
tiempo, y la vida me dio excusas buenas para ensayar con la Polla, la señora
del Comedor, Luis Felipe, Mario, entre otros. Claro que capté quién era Ivana,
la nueva rectora. No sé si Dios o el diablo me la pusieron, pero también me la
cobraría, Érika me ayudaría con tal de vengarse de Ivana al entender que era el
que le decía gorda, y por ello maté a Eduardo, el hombre que amaba. Por otro
lado, creo que me equivoqué, ya no lo amaba, pero creo que eso más bien me
ayudó, ¿no es así, profesora Elsy?
-Eres un sucio,
me hiciste creer que Ivana era la asesina…-comentó Elsy, arrepentida de haber
pensado tantas noches en vengarse de Ivana por haber amenazado a su familia,
cuando la pobre ni estaba siquiera al tanto de todo.
-¡A callar! ¡Aún
no he terminado!-interrumpió Ramón.
-Sí terminaste,
porque no hay más nada que decir. ¿Nunca pensaste en que un inocente niño de 13
años como lo era Iván en ese entonces debió haber tenido una buena razón para
matar a un señor? Pues te informo que sí la hubo: ¡Tu padre era un monstruo, y él fue el que me
destrozó la vida! Aún cuando me estoy bañando, refriego duramente el jabón
contra mi piel para arrancarme los besuqueos y caricias asquerosas de ese viejo
baboso, que no respetó ni siquiera mi inocencia, ¡mi inocencia! Para ceder a
sus más pervertidos deseos. ¿No te parece eso suficiente motivo, eh?
Por unos momentos, el psicópata se quedó en silencio. Jerly y Elsy se
creyeron salvadas por unos instantes, que se desvanecieron apenas Ramón colocó
en su rostro una expresión de total indiferencia, como cuando volteas hacia el
patio de tu casa y ves que un gorrión dejó una pluma en tu porche.
-No me impresiona-no quedaba en duda alguna para nadie que Ramón no
era un ser humano, sino un demonio igual o peor que su padre. Parece que la
corrupción del alma sí se puede heredar, después de todo-ahora sí, al fin les
quitaré la vida… ¿Unas últimas palabras antes de morir?
-Claro, Ivana, ¡AHORA!-gritó Jerly, viendo fijamente de manera
desafiante la mirada perdida ya por la locura de Ramón. El chico de cabellos
alborotados volteó como para advertirse del peligro, pero era tarde. El pie de
Ivana (por cierto, con las uñas sin cortar por el mismo tiempo que el vello de
las piernas, con unos juanetes en el dedo pulgar y unos callitos regados)
impactó el rostro de Ramón y le hizo anonadarse por el golpe por unos momentos,
que bastaron para que las chicas lo atasen con unas correas disponibles en ese
ático y entonces, hubo calma. Elsy miró fijamente a Ivana y le dijo:
-Explícanos todo esto, Iván Madero-Ivana, ya descubierta por su
antigua profesora, les contó:
-Bueno, está bien, pero no me vuelvan a llamar así. Como recordará,
profesora Elsy, yo era su estudiante. Luego, pasó el accidente en el que murió
Azócar, que en paz descanse. Bueno, no fue tan accidente, él me acompañó a
rescatar a mi madre, cuando yo era Gatúbela-en este punto, la sorpresa de Elsy
no se pudo esconder, pero dejó que continuara la negra-y aparte hubo otra
consecuencia: una viga me quitó el bicho, y ahí me volví mujer. Terminé
trabajando definitivamente en La Fontana, hasta que reuní un billete y me hice
las lolas. Me conoció un viejo con real, y nos casamos. Luego de eso, murió
como ya les dije-en este punto, Elsy, ya que no confiaba demasiado en Iván,
preguntó:
-Iván, perdón, Ivanita, ¿Tú mataste a Marcel Garnier?
-No, fue mi madre, para que yo me quedara con todo. No fue lo mejor,
lo sé, pero una madre sólo quiere lo mejor para sus hijos, aunque a veces tu
mamá sea tan bruta que no se dé cuenta de que más bien te está haciendo un
daño.
-¿Y por qué nunca denunciaste a tu madre?-fue la pregunta que se le
ocurrió a Jerly, pero inmediatamente luego de haberla formulado deseó habérsela
guardado para sus adentros, porque se desprendió de todo ello que Ivana, por
mucho dolor que sintiera por la muerte de su amado esposo, no podía denunciar a
la criminal siendo su madre, y además las miradas de Elsy e Ivana hacia ella lo
dijeron todo.
-Yo podré ser de todo, seré vagabunda y sinvergüenza, pero una asesina
no soy, ni seré jamás. Bueno, a mí mis papis me decían que yo era toda una
matadora en mis días de La Fontana, pero eso ya quedó atrás- En eso, despertó
Ramón, consciente ya de su derrota, dado el cuero que lo envolvía entonces.
Solo preguntó:
-¿Cómo lograron una actuación tan bien sincronizada como para
vencerme?
-¿Recuerdas cuando encontramos a la mamá de Jerly herida? Rápidamente
percibimos que seguía con vida, pero fingimos dolor para poder acercarnos y
hacer un plan. Jerly mejor que nadie conoce que su casa está llena de puntos
fáciles de salida y entrada-explicó Elsy, que entonces se vio interrumpida por
la negra:
-Por eso es que siempre se metían a robar en la casa-pero Elsy le tiró
un codazo a Ivana, el mismo que le hubiera propinado Jerly de no ser porque al
ser nombrada su herida madre, no pudo evitar bajar a socorrerla. Elsy cambió el
tema e interrogó a Iván:
-Sólo me pregunto, si tú y Jerly estaban en el mismo salón, ¿Por qué
no te reconoció jamás como Iván en 2 Trayectos juntos y como Ivana si logró
reconocerte en tan sólo 3 meses?
-¡Pregúntale al escritor de las dos novelas!-inquirió Iván. Elsy
continuó:
-Pero si estabas tan feliz en Europa y ya rica, ¿Por qué volviste a
Venezuela y peor, a la UPTA?
-Volví, como toda una dama, para vengarme de todos los que se burlaron
de mí cuando yo era hombre…
-¿Hombre? ¡Tú no fuiste hombre ni cuando te colgaban 2 cosas entre las
piernas!-espetó Ramón, y sólo entonces aprovechó que nadie estaba en guardia, y
que ahora solo eran 2 para retirarse las correas, tomar una patineta y correr
escaleras abajo, mientras Elsy e Ivana le arrojaban cosas a la cabeza
intentando aturdirle para evitar su huída. Elsy había llamado hace 2 horas al
CICPC y aún no llegaban (como cosa rara), así que tenían que evitar a toda
costa que Ramón huyera, pero era tarde. Ivana sollozó y mentó la madre, pero
Elsy le dijo:
-Dios es Justo, Iván, no lo olvides.
-¡Nunca me
atraparán con vida!-gritaba Ramón, mientras montaba la patineta y huía por
detrás de la casa ante una impotente Jerly, demasiado preocupada con su madre
adoptiva, pero ella le gritó, como movida por la piedad que todos los humanos
sentimos hasta por el más miserable ser:
-¡Espera, Ramón!
¡Atrás de esta casa sólo queda un barranco!-pero ya el destino estaba echado
para Ramón, y la paga que del Cielo proviene contra los inicuos es tan
implacable como terrible.
No tuvo mucho
tiempo de percatarse, pero en efecto, se dirigía rumbo al acantilado. El
horizonte estaba dividido, no ya por la diferencia entre la tierra y el cielo,
sino por una cabuya de tender ropa. La mamá de Jerly había vuelto a poner las pantaletas
a secar en la mañana. No tuvo el tiempo de detener su apresurada marcha, sino
que su cuello quedó enredado por la cuerda, y uno de los clavos que sujetaba la
improvisada secadora a la pared no resistió el empuje de la patineta y, a
manera de horca, se cerró formando un nudo en la garganta de Ramón, que ya no
era de timidez, sino de nylon. En un minuto la gravedad se lo iba a llevar, de
no ser por el hilo que lo sujetaba por el cuello, y a la vez que lo salvaba de
triturarse contra el vacío, lo condenaba a morir ahogado. Tal como mató a su
amigo Luis Felipe. Justicia Divina.
¿Qué con todos los demás sospechosos?
¿Vivirá la mamá de Jerly?
¿Por qué Ivana no se afeita las piernas?
¡Con el Epílogo, esta historia llegará a su final!