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Un muerto más enluta esta historia. Por si no fuera suficiente desgracia, los chicos de Trayecto II no lograron salvarse de una clase de Base de Datos.
Eso era todo lo que decía la
nota, colocada al lado del cadáver. Yacía en el suelo. Tan sexy como una pea
mañanera el primero de enero, el cuerpo estaba inerte, con unas pocas horas de
muerte según la experticia. Los forenses rodeaban la zona, buscando como locos
una evidencia que los ayudase a llegar a las conclusiones de lo obvio. Esta
pobre señora había visto el final de sus días llegar como ladrón en la noche.
Pero, ¿Cómo terminó frente al comedor de la Universidad?
Difícilmente alguien se esperaba
ver llegar este día. Era primera vez que un hecho de sangre manchaba la
historia de la Universidad Politécnica Territorial de Aragua. No es que la UPTA
tuviera demasiados años funcionando como tal, más si una cosa era segura, es
que la casa de estudios no ha presenciado crímenes (más allá del descarado robo
de los fondos que el gobierno baja para la Universidad. ¿Quién se llevó los 570
millones del año pasado? ¿El aire acondicionado del comedor? ¿La reparación del
piso del frente del Departamento de Informática? ¿La construcción de nuevas
infraestructuras? ¡No, la mano pelúa!). Todos los estudiantes se imaginaban
tener un día más de clases (y como de costumbre, raspar una que otra evaluación),
pero las clases iban a ser suspendidas. Milagros no se lo tomó tan bien, tenía
que darles clases de Base de Datos y ya iban 2 semanas que se pospuso dicha
lección. Fue a agarrarse por los moños con Glendys en el Departamento de
Informática:
-¡Milagros, entiende! ¡Mataron a
la señora del comedor, tenemos que guardar así sea un día de luto por ella,
está decidido, hoy no va a haber clases!
-¡Me vale que hayan matado a la
del comedor o a la nueva rectora! Mis estudiantes tienen que recibir una buena
educación, ¡Yo no dejo de ir a los aerobics en el Gimnasio del frente del
Terminal para formar profesionales mediocres que se van a graduar sin saber
nada! Glendys, vas a tener que hacer algo, pero yo le doy clase a esos
muchachos…
La acalorada discusión es
interrumpida por el altavoz del departamento, que deja sonar una voz nasal
diciendo:
-Queridos estudiantes, se les
notifica que la gestión de esta Universidad ha cambiado. Les habla su nueva
rectora, Ivana Solano viuda de Garnier. Habrá muchos cambios en esta
universidad, entre ellos, ya no se van a suspender las clases por cualquier
cosa que pase. Haremos el respectivo acto de luto cerrando el comedor por hoy
en memoria de la señora, pero solamente será cerrado el pase por el comedor,
para que los expertos del Cuerpo de Inteligencia realicen las investigaciones
pertinentes. Las clases hoy continúan. Cambio y fuera. Ay, ya siento como me
están mentando la madre esos estudiantes, ay no, no apagué bien el micrófono…
Y adivinó. Ya por los corredores
y calzadas de la Universidad se podían escuchar las murmuraciones de la nueva
rectora:
-Se nos acabó la fiesta…
-¡Malvada nueva rectora, vale!
Muchachos, guarden la caña, tenemos que exponer hoy…
-¿Y esta mujer no tiene marido
que le arrugue en su casa? ¡A juro todos tenemos que ver clases porque a ella
le da la gana…!
Pero Milagros estaba contenta.
Iba a tener a los muchachos de la sección 2 de trayecto II presos durante 2
horas, viendo sus clases, que eran tan divertidas como sacarle el pus a las
pepas de la espalda de mi padre. Milagros llevaba encadenada 30 minutos (eso es
un récord, considerando que todavía no había empezado a explicar la parte del
modelo relacional), y retomando el hilo de lo que decía, continuó:
-Y si ustedes no estudian ni
quieren poner de su parte prestando atención, no respondo por la prueba de
mañana…
-Pero si los que no vamos a
responder somos nosotros…-contestó desde la parte trasera un trasnochado Víctor
Cavaliere. La reacción del resto de la banda no se hizo esperar. Milagros
interrumpió:
-Ay, pero cállense muchachos, ¿A
ustedes qué les dan de comer en la casa?
-A mí, en la mañana me dan una
arepa, y al mediodía, bueno, al mediodía unos días como en el comedor y otros
en la casa, pero prefiero la comida del comedor porque…
-¡Gladys, no era en verdad que
les preguntaba eso! Bueno, es mejor que continuemos con lo que se viene, que no
queda mucho. Este trimestre se va volando, y el proyecto les va a absorber bastante
tiempo libre, en serio…
Y así, se abrió paso a la
explicación de la diagramación entidad-relación. Rossner, ya fastidiado de la
clase, empezó a fastidiar a Alejandra tirando de sus cabellos.
-Rossner, déjame las greñas que
todas las semanas pago 80 Bolos por alisarlas…
-Pero son tan jalables…
-Si me sigues jalando los
cabellos, yo te voy a jalar algo que te va a doler parejo…
-¿Hay algo que deseen comentar
para completar mi explicación?-interrumpe Milagros, que se había dado cuenta de
la peleíta que tenían los dos jóvenes. Rossner, avergonzado, no hace más que
volver a su cuaderno, mientras Alejandra se observa las puntas abiertas y
murmura:
-Rossner, tu madre, me vas a
pagar la peluquería la semana que viene, así sea con lágrimas de sangre…
-¿Cuándo estos muchachos se
portarán como universitarios que son ya?-pensaba para sus adentros la
profesora, mientras anotaba unos ejercicios de una guía que llevaba ya 20 años
en la fotocopiadora de la entrada. Milagros estaba evaluando la idea de hacer
nuevas guías para la Universidad, pero luego se puso a pensar en todo el
trabajo que le costó conseguir unos buenos ejercicios para copiar y pegar de
Internet, y decidió dejarse de creatividades.
¿Alejandra sería capaz de cumplir su amenaza?
¿El deceso de la señora del comedor estará relacionado con las otras muertes?
¿Los de la fotocopiadora se repartirán la cochina con los profesores por el realero que gastamos sacándole copias a las guías?
En breve el capítulo 6, que responderá todas estas preguntas, o quizás añadirá más aún...
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