I. Fotogramas
II. Naturaleza Muerta
III. Canto de Sirenas
IV. La Rosa Deshojada
V. ¿Más Allá? ¡No, Aquí y Ahora!
VI. Hermosa, Pero Con Espinas
VII. Sacrilegio
VIII. Pasado, Presente y... ¿Futuro?
IX. Solo Vienes, ¡Solo te vas!
X. Un Martini para el Infierno
XI. Perfección
XIV. Demasiado Inteligente para Vivir
XV. Dei Irae
Elsy e Ivana se cruzan. La zozobra es despertada en Elsy.
¿De quién sería la foto que le mostró el asesin@ a Eduardo?
¿Realmente la asesina habrá estado bajo nuestros ojos todo este tiempo?
¿Habrá vuelto a montar su puestico de cachapas esa gente?
¡Todo se resuelve en el capítulo que viene: Ya está terminando esta historia!
XV. Dei Irae
Elsy e Ivana se cruzan. La zozobra es despertada en Elsy.
El hecho de
haber reprobado la evaluación docente por inasistencia, y seguramente haber
perdido su trabajo era la menor preocupación de Elsy. Ya anochecía, y estaba en
medio de una vía no pavimentada, sin dinero, sin conocidos y con un hambre que
no jugaba carritos. En eso, se aparece en su camino un viejo con barba, bigote
y algo de pelos saliéndole de la nariz y las orejas. Tenía un ojo chueco, y su
atuendo era una franela vieja que decía “Rumbo a los 10 millones” y lo que
quedaba de un jean. “Ya me fregué” pensó Elsy, pero no resultó ser un sádico,
gracias a Dios. El tipo la invitó a comer a su choza. Había en una lata de
solintex al fuego, una pasta marrón. El indigente le ofrece:
-¿Quieres?
-No, gracias…
-¡Come!
-Bueno,bueno…-con
algo de asco, Elsy probó el potaje. Sin embargo, no sabía tan mal.
-Sabe bien, ¿Qué
es?
-Guano
asado-Elsy escupió la comida en la cara del viejo, que la miró feo, y así se
dio cuenta de que, por su monada, una vez más se quedó sin sitio donde dormir.
Ese fue el inicio de su martirio.
¡Cuánto no daría
la otrora mejor profesora de la UPTA porque el Chino estuviera por ahí, para
que por un golpe de suerte, pudiera aspirar a que pasase por esa vía y la
encontrase! Pero, ya resignada a su destino, acomodó un montecito que recortó y
unas hojas de jojoto que le otorgaron allende un puesto de cachapas aledaño a la carretera (trató
primero de clamar para que le dieran una cachapa con queso de mano, pero como
le concedieron nada más una con mantequilla, los miró con rabia y al tiempo que
le donaban las envolturas de las mazorcas y se iba, le tiró una patada a una de
las cañas con las que se sostenía el rústico techo de palma de la selvática
instalación, sin pensar en que unos minutos más tarde se vendría abajo el
negocio y tendría que lanzarse por la montaña para que no la encontraran y la
lincharan por su travesura que dejó sin trabajo a 3 chicas y 2 chicos, además
de haberle dejado un chichón de recuerdo a los 14 comensales que se encontraban
degustando una deliciosa cachapa bajo la sombra en pleno mediodía), y se
dispuso a dormitar en medio de la carretera.
Sin embargo, las
coincidencias existen. O mejor dicho, los milagros, porque era un hecho extraordinario
que invariablemente debía provenir de la mano de Dios mismo el que la camioneta
Santa Fe de Ivana hubiese optado por desviarse del camino pavimentado y burlar
las leyes (como cosa rara) para llegar más rápido a La Victoria, metiéndose por
el monte, y cuando iba a pasar por la orilla, encuentran el cuerpo de cierta
profesora en los brazos de Morfeo, y de un cornetazo la despierta. Elsy está a
punto de sacarle la madre al inconsciente conductor, cuando ve a cierta negra
despampanante al volante. Los ojos se le iluminaron como dos candiles cuando
vio a esa su tabla de salvación.
-¡Ivanita!
-¡Quítate del
medio!
Ivana iba a
pisar con más fuerza el acelerador, de no ser porque se dio cuenta con la luz
de que era la profesora Elsy. Es entonces que le ofrece montarse en la
camioneta, por demás lujosa, cabe destacar. El silencio característico de los
primeros minutos se hizo presente, sin embargo, cuando Elsy se repuso del susto
totalmente, le preguntó a Ivana:
-¿Qué hacías tú
por esta vía a esta hora?
-¡Hágame el
favor y métase en sus propios asuntos!
Elsy decidió
callar. Obviamente Ivana se encontraba nerviosa. Desplacémonos en el tiempo y
el espacio a unas horas anteriores a este suceso. Imaginémonos el lúgubre
escenario de la mansión Bolívar sumergida en la oscuridad de la noche. Ahora
imaginémonos a un afectado Luis Felipe siendo atado a una viga del techo,
suplicando por su vida:
-Por favor,
perdóname…
Mientras, el
obrero (u obrera) de la Parca continuaba trabajando, y asía con fuerza la
correa al cuello del Chino. No tardó mucho en patear la silla, y dejar que el
cinturón hiciera el resto. Quizás lo más escalofriante de la escena, era ver cómo
se detuvo el artista responsable de esta macabra obra de arte, a contemplar la
lucha de Luis Felipe, que como podía se aferraba al mundo de los vivos. Es
irónico que un instrumento que sirve para sujetar, en vez de sostenerlo en la
vida, fuera el responsable de su partida. Finalmente, exclamó un grito y su alma
empezó a esforzarse por abandonar su cuerpo. El eco retumbó en la sala:
-¡Muéstrame tu
cara!
Como si hubiera
sido movido a la compasión, el espectro se quitó los lentes tukkis, y mostró su
rostro, después de lo cual el fornido muchacho expiró. Eduardo, también adormecido
de cuerpo más no de conciencia con la fuerte droga que les inyectó observó con
horror el rostro del responsable de todas las muertes de la Universidad. Luego,
ante sus ojos apareció una plancha hirviendo, con unos clavos en la chimenea.
La voz distorsionada pronunció: “DE RODILLAS!” y Eduardo obedeció. Preguntó
entonces:
-¿Por qué haces
esto?
Todo lo que el
cruel hombre o mujer respondió, fue con sacar una foto de un muchacho de piel
oscura y rasgos toscos. Al verla, Eduardo gritó y se desmayó sobre la plancha,
que terminó por quemarlo vivo. Un grito vino del fondo. Era Leonel. No se sabe
cómo, los siguió. También lo lamentó. A la noche siguiente, Ivana solo encontró a Luis, o lo que quedó de él. la misa de la
Muerte fue portada de todos los periódicos de circulación nacional.
Elsy no pudo
evitar desde entonces una desconfianza furtiva a Ivana.
¿De quién sería la foto que le mostró el asesin@ a Eduardo?
¿Realmente la asesina habrá estado bajo nuestros ojos todo este tiempo?
¿Habrá vuelto a montar su puestico de cachapas esa gente?
¡Todo se resuelve en el capítulo que viene: Ya está terminando esta historia!
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